Qué hacer y que no hacer cuando mi hijo pequeño no quiere comer
Educar a nuestros hijos a tener una alimentación saludable, balanceada y variada desde pequeños es algo de gran importancia para los padres, en el día a día cuando de niños pequeños se trata a veces resulta un desafío lograrlo con éxito ya que habrá mas de un alimento que no les agrade, y la muy típica atracción por golosinas y comidas azucaradas que siempre estarán cerca de nuestros niños generándoles interés ya sea porque sus compañeros de ciclo escolar los consumen, por publicidades o por haberlos probado en algún lugar fuera de casa.
Pero hay algo que preocupa todavía más a los padres y es que cuando sus niños en pleno desarrollo de crecimiento se encuentran inapetentes, este hecho puede causar terror a algunos padres en ocasiones hasta llegar al punto de pedir reiteradas veces opinión médica incluso así no encontrando ningún motivo aparente por el cual esto sucede.
¿Qué hacer y que no hacer cuando mi hijo pequeño no quiere comer?
¿Cuáles podrían ser los motivos por el cual mi hijo no desea comer?
La mayoría de las veces el hecho de que en cierto momento nuestro hijo pequeño no desea comer no es un asunto de preocupación, las posibles causas por las cuales en ese momento no desea comer son muchas y de distintos orígenes, pero la mayoría son simples de comprender y fáciles de solucionar.
Los posibles motivos por los cuales nuestro niño no desea comer en cierto momento pueden ser:
- No sentir hambre porque comió en otro momento.
- Que el alimento que le ofrecemos no le agrada, o no le agrada como está elaborado el plato con ese alimento.
- En ocasiones sucede en especial tratándose de niños pequeños que como son naturalmente curiosos quieren explorar y comprender el mundo que los rodea, naturalmente son muy inquietos y muchas cosas les atraen, lo cual hace que no sientan deseos de quedarse sentados y quietos dedicándole el tiempo que los adultos le dedicamos a la hora de comer simplemente porque hay mucho del mundo para explorar, aprender y jugar.
- En ocasiones si nuestros niños no desean comer además de los motivos mas comunes ya mencionados nosotros como padres debemos revisar que si esto ocurrió de un día para otro y la situación se mantiene durante días debemos revisar que sucedió en los días que el niño dejo de tener deseos de comer, preguntarse si hubo una discusión en los integrantes de la familia o algún clima tenso por alguna situación atípica a la vida cotidiana que el niño haya percibido y le haya afectado emocionalmente generándole inapetencia, de ser este el caso se debe descubrir qué situación pudo haber generado eso en el niño y solucionarla nosotros mismos para que el niño por consecuencia vuelva a ser el de siempre.
- Otro posible motivo puede ser la atracción que los niños naturalmente sienten por los dulces, golosinas y azúcar encontrando los alimentos que les ofrecemos no muy agradables a comparación.
Algo que suele suceder y no es para nada un motivo de preocupación es que los niños pequeños en ocasiones comen pequeñas cantidades de alimento en distintos momentos, ya que lo mas importante para ellos es jugar, aprender y comprender el mundo que los rodea. No debemos interferir en eso es muy importante confiar en que cuando el niño necesite alimentos, nutrientes y energía su propio cuerpo lo manifestara como deseos de comer, y cuando los niños son pequeños no siempre importa si les da ganas de comer en un horario diferente que el resto de la familia, tampoco importa si no necesitan la misma cantidad de alimento el cuerpo es sabio solicitará alimento cuando lo necesite y el niño comerá hasta sentirse satisfecho ni más ni menos.
Con el tiempo y su crecimiento ya podremos estipular horarios marcados para comer crear rutinas y orden, todo a su tiempo…
¿Qué no hacer cuando mi hijo pequeño no desea comer?
- Por nada del mundo se lo debe obligar a ingerir alimentos si el niño no desea hacerlo, debemos ejercitar nuestra confianza en el cuerpo del niño que siempre nos hará saber que necesitan en cada momento tarde o temprano el niño pedirá comer solo y sin que nadie lo obligue porque su cuerpo le dará a entender cuando necesita hacerlo.
- No se debe engañar: Aunque nos enseñaron culturalmente que para que el niño coma sano hay que engañarlo disfrazando los alimentos que dejo en claro que no le agradan para que los coma obligatoriamente esto no es correcto. Debemos respetarlos en todo momento y es ahí donde entra en juego nuestra creatividad de elaborar comida nutritiva que nuestros niños amen comer sin necesidad de engañar.
- No se debe amenazar: Nunca es buena idea usar el recurso de la amenaza para lograr que los niños coman, forzar a los niños a comer es contraproducente ya que podría ocasionar el efecto contrario del que deseamos, y provocar un mayor rechazo, si nuestro hijo no quiere comer, evitemos convertir el momento de sentarnos a la mesa en un problema. Dejemos el estrés y la ansiedad a un lado, y no caigamos en los gritos, llantos y discusiones, que lo único que conseguirán será agobiarlos aún más.
- No debemos chantajear: Chantajearlos o amenazarlos, con frases del estilo: “si no comes no vas al cine”, “hasta que no comas tres cucharadas más, no te levantas de la mesa”, “tenés que comer para que los Reyes Magos te traigan muchos regalos” es un muy mal recurso. Haciendo esto, el niño asociará inconscientemente la ingesta de determinados alimentos a algo sacrificado, feo y desagradable.
¿Qué hacer cuando mi hijo pequeño no desea comer?
- Primero que nada, respetar sus deseos y su cuerpo, si no quiere comer en determinado momento se le debe permitir comer en otro momento.
- En lugar de de mentir o engañar para que coman ciertos alimentos probaremos distintas recetas, combinaciones y tipos de cocción de los alimentos primero se los daremos a probar y si les agrada les diremos exactamente de que esta hecho lo que les ofrecimos, si así logramos que coman con gusto cosas que decían no agradarles genial, si después de esto lo que no le agradaba sigue sin agradarles no insistiremos simplemente utilizaremos otros alimentos que si le agraden para que coman sano siguiendo el mismo procedimiento.
Si, por ejemplo, a nuestro hijo no le gustan las verduras, intentaremos combinarlas en el mismo plato con otros alimentos que sí acepten, así es más fácil conseguir que las vayan incorporando a su dieta. No se trata de camuflar el alimento que rechazan, se trata de presentárselo de forma agradable o combinarlo con otros ingredientes que le gusten más.
Si así logramos que coman con gusto cosas que decían no agradarles genial, si después de esto lo que no les agradaba sigue sin agradarles no insistiremos simplemente utilizaremos otros alimentos que si le agraden.
Si lo deseamos podemos volver a intentar ofrecerles los alimentos que no les agradan en un par de años ya que suele suceder que ciertas cosas que no nos agradaban comer de pequeños nos agradan al crecer.
- El niño desde el momento que tenga autonomía como para sostenerse solo deberá el solo administrar la comida que se lleva a la boca y las cantidades que come, esto lo aprenderá por imitación y cuando el niño ya es capaz de realizar esta acción no debemos meterles nosotros comida a la boca, tampoco obligarlos a comer cierta cantidad, obligarlos a tragar o a ingerir alimentos que no les agradan. El niño deberá llevar a su boca por sí mismo la clase de alimento y cantidad que desea comer.
- Debemos poner mucha atención a los detalles y lograr que la comida sea colorida y bonita ante los ojos de nuestros niños ya que si es atractiva genera interés de mirarlo y probarlo, incluso poner los alimentos en su plato favorito ayudará muchos mas si su plato favorito tiene alguna forma divertida ejemplos:
• Y por ultimo a medida que el niño crece se vuelve importante estipular horarios marcados para comer, enseñándole al niño a no comer en cualquier momento y que incluso hay un momento para comer dulces y golosinas. Es todo un asunto de generar orden y rutina para que el niño en lugar de comer en desorden cualquier cosa y a cualquier hora tenga horarios estipulados para comer sus alimentos y otros momentos para comer dulces, de manera que el niño organice su mente con este orden y rutina para nosotros como padres administrar el alimento que nuestros niños comen de la mejor manera.