¿Por qué el juego es tan importante en el aprendizaje de bebés y niños?

El juego es la actividad principal de niños y niñas a través del juego se desarrollan, aprenden, descubren y entienden el mundo que los rodea y se conocen a si mismos.

El juego una estrategia de aprendizaje esencial

Mientras más jueguen los niños más aprendizaje van a tener y también mejor desempeño y entendimiento de las experiencias de la vida cotidiana.

El juego debería ser un elemento central a la hora de definir la calidad de
la educación preescolar. El seguimiento y el aseguramiento de la calidad
son cruciales para garantizar una continua mejora e identificar aquellas
áreas en las que pueden requerirse apoyos y recursos adicionales.

El período más importante del desarrollo humano es el que comprende desde el nacimiento hasta los ocho años de edad.

Durante esos años, el desarrollo de las capacidades cognitivas, el bienestar emocional, social y una buena salud física y mental forma una sólida base para el éxito incluso bien entrada la edad adulta. Aunque el aprendizaje tiene lugar durante toda la vida, en la primera infancia se produce con una rapidez que luego nunca se igualará.

 ¿Cómo evoluciona el juego de los niños según crecen?

A través del juego los niños aprenden nuevos conceptos, practican sus habilidades y destrezas de 0 a 2 años los niños juegan por imitación y van desarrollando su memoria, van probando y descubriendo el mundo que los rodea.

En esa etapa predominan los juegos de estimulación funcional o de ejercicios como antes fue mencionado desde el nacimiento hasta los 6 años de edad el aprendizaje llegará a ellos a través de los 5 sentidos del tacto, la vista, el olfato, el gusto, y el oído por lo tanto lo que sea que queramos que aprendan a esta edad será aprendido con mayor eficacia con actividades y juegos que impliquen los 5 sentidos. En esta etapa los juegos de este estilo son mucho más eficaces que procedimientos lógicos que vendrán posteriormente en periodo escolar teniendo muy en cuenta que en esta etapa su cerebro y también la lógica están en pleno desarrollo por lo tanto el aprendizaje a ellos llegara con colores llamativos, movimientos aromas, sonidos y diferentes texturas para tocar y sentir.

juegos de ejercicios con el propio cuerpo: donde se domina el espacio gracias a los movimientos (arrastrarse, gatear, caminar, etc.)

Juegos de ejercicios con objetos: donde se manipula y se explora sensorialmente las cualidades de los objetos (morder, lanzar, golpear, etc.)

juegos de ejercicio con personas: donde se favorece la interacción social (sonreír, tocar, esconderse, esta es la etapa sensorial-motora.

La etapa sensorial-motora es la que “se extiende desde el nacimiento hasta la adquisición del lenguaje, se desarrolla desde que nacen y los 7 años de edad luego de eso se perfecciona todavía más para fusionar con conocimientos y capacidades nuevas que vendrán con esa edad.

En esta etapa, los niños construyen progresivamente el conocimiento y la comprensión del mundo mediante la coordinación de experiencias (como la vista y el oído) con la interacción física con objetos (como agarrar, chupar, y pisar). Los bebés adquieren el conocimiento del mundo a partir de las acciones físicas que realizan dentro del mismo.

De 2 a 7 años los niños pasan por la etapa preoperacional la etapa pre operacional, comienza cuando el niño empieza a aprender a hablar, en torno a los dos años y se prolonga hasta la edad de siete años.

Alrededor de 2 y 4 años de edad, durante esta etapa previa a las operaciones de desarrollo cognitivo, en la que utilizan el lenguaje para jugar, tienen la capacidad de poder expresarse de forma más simbólica pero todavía no comprenden la lógica concreta.

En esta etapa, el niño todavía tiene problemas para ver las cosas desde diferentes puntos de vista y predomina el juego simbólico.

El juego simbólico es particularmente importante pues se refiere a la capacidad del pequeño para imitar situaciones de la vida real y ponerse en la piel de otras personas.

El juego simbólico es cuando los niños desarrollan amigos imaginarios o juegan juegos de roles con amigos. Los juegos infantiles se vuelven más sociales y estos asignan roles el uno al otro, Se trata de una actividad en la que el niño pasa continuamente de lo real a lo imaginario.

A través de este juego el niño representa, de forma simbólica, los roles y las situaciones del mundo que le rodea. Este juego implica “hacer como si” comiera, usando un palillo en vez de una cuchara o “hacer como si” fuera la madre o el doctor de su muñeca, jugar a la casita”, o tener una fiesta de té. Curiosamente, el tipo de juego simbólico que los niños entablan está conectado con su nivel de creatividad y a la capacidad de conectarse con los demás.

 Se trata de una actividad que le ayuda a ampliar su lenguaje, desarrollar la empatía y, sobre todo, consolidar sus representaciones mentales. También es una vía para que el niño canalice sus preocupaciones e incluso le permite encontrar soluciones a sus conflictos ya que recrea diferentes situaciones a través del juego.  

  • La sub-etapa del pensamiento intuitivo Tiene lugar entre alrededor de las edades de 4 a 7, los niños tienden a ser muy curiosos y a hacer muchas preguntas, empezando el uso del razonamiento primitivo. Hay un gran interés de razonar y de querer saber por qué las cosas son como son.

los niños se dan cuenta que tienen una gran cantidad de conocimientos, pero no son conscientes de la forma en que los adquirieron.

 De 6 a 12 años predomina el juego de reglas, como hemos visto, los juegos sensorio-motores comienzan desde los primeros meses y cómo a partir del segundo año hace su aparición el juego simbólico, será a partir de los cuatro años y hasta los seis, en un primer período, y de los seis a los once, en un segundo período más complejo, cuando se desarrollan los juegos de reglas. Y así como el símbolo reemplazó al ejercicio, cuando evoluciona el pensamiento preescolar y escolar, la regla reemplaza al símbolo. Estos juegos de reglas van a integrar y combinar todas las destrezas adquiridas: combinaciones sensorio-motoras (carreras, lanzamientos, etc.,) o intelectuales (ajedrez) con el añadido de la competitividad (sin la que la regla no sería de utilidad) y bajo la regularización de un código normativo vinculado a la naturaleza del propio juego o por simples pactos puntuales e improvisados.

Entre las edades de 7 y 11 años se caracteriza por el uso adecuado de la lógica. Durante este estadio, los procesos de pensamiento de un niño se vuelven más penetrantes y “como adulto”, empieza solucionando problemas de una manera más lógica. El pensamiento hipotético, abstracto, aún no se ha desarrollado y los niños sólo pueden resolver los problemas que se aplican a eventos u objetos concretos.

Los niños en esta etapa pueden, resolver solo los problemas que se aplican a los objetos reales o eventos, y conceptos no abstractos o tareas hipotéticas. El comprender y saber cómo usar el sentido común completo aún no ha sido totalmente adaptado.

El juego es provechoso.

  • Los niños juegan para dar sentido al mundo que les rodea y para descubrir el significado de una experiencia conectándola con algo que ya conocían previamente. Mediante el juego, los niños expresan y amplían la interpretación de sus experiencias.

El juego es divertido

  • Cuando vemos jugar a los niños o a los adultos, a menudo observamos que sonríen o ríen abiertamente. Obviamente, el juego puede tener sus retos y sus frustraciones pero la sensación general es de disfrute, motivación, emoción y placer.

El juego invita a la participación activa

  • Si observamos cómo juegan los niños, normalmente veremos que se implican profundamente en el juego, a menudo combinando la actividad física, mental y verbal.

El juego es socialmente interactivo

  • El juego permite a los niños comunicar ideas y entender a los demás mediante la interacción social, sentando las bases para construir un conocimiento más profundo y unas relaciones más sólidas.

El juego es productivo

  • Ni el juego ni el aprendizaje son estáticos. Los niños juegan para practicar competencias, probar posibilidades, revisar hipótesis y descubrir nuevos retos, lo que se traduce en un aprendizaje más profundo.

Muchos maestros no están adecuadamente preparados para implementar en sus clases un aprendizaje basado en el juego. Posiblemente solo conciban como “materiales de aprendizaje” los libros de texto o los gráficos colgados en la pared, y no los objetos que los niños pueden explorar y utilizar en su aprendizaje.

Aunque los maestros vean la necesidad de utilizar estos materiales prácticos, a menudo no disponen de suficientes recursos ni de una formación que les ayude a descubrir o crear materiales de juego a base de materias primas de bajo costo disponibles a nivel local. Muchos maestros no han tenido la oportunidad de presenciar el aprendizaje a través del juego en la práctica y, como resultado, carecen de la confianza necesaria para implementarlo en sus clases.

Cuando las clases son muy numerosas surgen una serie de obstáculos adicionales. Cuando se reúne a más de 30 niños en un espacio relativamente pequeño, resulta problemático proporcionarles experiencias activas con materiales o siquiera disponer de materiales suficientes para todos.

Las clases muy numerosas también dificultan que los maestros puedan fomentar el juego de los niños mediante conversaciones personales o preguntas intelectualmente estimulantes.

Un entorno propicio favorable contribuye a que se reconozca la importancia
del aprendizaje a través del juego, y puede reforzar aún más dicho énfasis
potenciando la coordinación con otros sectores como la salud, la nutrición y
la protección social, que en conjunto pueden dar lugar a una voz unificada
en favor del juego en la vida de los niños.

Las directrices de construcción de las clases han de reflejar la necesidad
de espacios amplios que favorezcan el movimiento y las interacciones de los niños pequeños. Debería poder disponerse de espacios temáticos o de juego libre para las actividades de juego, además de un espacio exterior amplio para fomentar las actividades de
aprendizaje al aire libre.

Que favorezcan el juego no tiene por qué resultar costoso, pero sí requiere
que se fomenten la pertinencia y la diversidad en su ámbito de aplicación.

El aprendizaje a través del juego mediante materiales
estimulantes constituye un rasgo esencial de los planes de estudios
de la educación preescolar, aunque los detalles difieren entre
los diferentes contextos y culturas.

Un plan de estudios eficaz es el que está bien adaptado a las distintas edades, y a las características de desarrollo, individuales y culturales de los niños. En el caso de los alumnos de preescolar, un plan de estudios que haga hincapié en la exploración y en la enseñanza intencional de contenido clave mediante interacciones estimulantes y experiencias activas de aprendizaje lúdico probablemente fomentará los progresos en todas las áreas del desarrollo y el aprendizaje.

Para poner en práctica el aprendizaje a través del juego, tanto los proveedores de los servicios como los maestros necesitan a formación apropiada para utilizar los materiales pertinentes, deberían complementarse, con recursos tales como guías de implementación sencillas para el día a día; capacitación sobre el plan de estudios y los materiales de enseñanza, y una supervisión y apoyo constantes. Cuando la formación curricular se combina con las guías y los recursos de implementación necesarios, los maestros adquieren una capacitación que les permite aplicar un equilibrio entre las actividades de aprendizaje guiadas por ellos y las basadas en el juego libre.

Garantizar una oferta adecuada de juegos de interior y de exterior,
juguetes, manualidades y otros materiales de aprendizaje que
favorezcan la implementación de un plan de estudios basado en el juego.

  • Las diversas personalidades, estilos de aprendizaje y ambientes familiares de los niños influyen en el modo como estos experimentan el aprendizaje. Los niños también crecen a ritmos distintos, y algunos de ellos tienen dificultades de aprendizaje o determinados talentos que modelan sus progresos. De ahí que en la práctica adecuada al desarrollo se minimice la enseñanza en grupo. La observación directa de los niños ayuda a los maestros a basarse en los intereses y habilidades individuales de cada uno de ellos para ayudarles a desarrollarse.

  • Las evidencias relativas a lo que resulta característico de cada edad y de cada etapa de desarrollo ayudan a determinar qué experiencias son las que mejor favorecen un aprendizaje holístico. Las actividades basadas en el juego deben ser apropiadas para el desarrollo individual de un niño, pero a la vez lo bastante estimulantes para promover sus progresos y su interés.

  • El contexto y las prioridades culturales también justifican las diferencias en las prioridades de desarrollo y de aprendizaje del niño. Conocer a las familias de los niños y estar al tanto de los valores y expectativas que configuran sus vidas ayuda a los maestros a proporcionar experiencias de aprendizaje significativas, pertinentes y respetuosas para cada niño y familia. De este modo se fundamenta la colaboración entre padres y maestros.
  • En la primera infancia, los niños aprenden mejor a través de las experiencias de carácter práctico basadas en el juego; dan sentido a las ideas a partir de la experiencia de la vida real (a diferencia de la “narración”), y se sienten motivados a aprender cuando algo les resulta interesante y estimulante. Parece ser que los niños obtienen beneficios académicos y sociales más duraderos cuando dedican una parte de cada día a planificar y dirigir su propio aprendizaje a través del juego en lugar de recibir instrucciones impersonales directas centradas específicamente en objetivos académicos, lo que puede desincentivar la iniciativa individual. El juego autónomo con materiales interesantes y con compañeros en presencia de maestros que estén por ellos parece potenciar la confianza en sí mismos, la independencia y la capacidad de concentración.

Los docentes necesitan formación y mentorías basadas en el
entorno que les ayuden a cambiar de mentalidad con respecto al modo como aprenden los niños.

En lugar de limitarse simplemente a decirles a los educadores, administradores y directores del ámbito de la primera infancia que el
juego es importante, lo que de verdad sirve es ayudarles a entender por qué lo es. Los recursos tales como una sencilla programación diaria que incorpore un tiempo de juego, un buen conjunto de juguetes, juegos y otros materiales de aprendizaje práctico pueden ayudar a los docentes a gestionar un entorno de aprendizaje basado en el juego. Cuando vean los resultados en cuanto a participación y mejora del aprendizaje de los niños, también ellos cambiarán de mentalidad.

Habría que hacer especial hincapié en aquellas actitudes que posibilitan el florecimiento del aprendizaje y el desarrollo. Entre los ejemplos de dichas actitudes y competencias se pueden mencionar la energía física y la curiosidad; la predisposición a probar nuevas prácticas y a dejar que los niños configuren parte de su propio aprendizaje; las aptitudes creativas; y la predisposición a dedicar tiempo a preparar materiales y actividades lúdicas. Estos atributos también son importantes a la hora de seleccionar a los maestros en los primeros cursos de primaria.

Hay muchas formas en que los padres pueden estimular el desarrollo del niño a través de los cuidados relativos a su crianza, la conversación y la narración de historias, además de darles una educación práctica para la vida y proporcionarles tiempo y materiales para enriquecer sus juegos contribuir a la elaboración del plan de estudios en el centro de educación preescolar de sus hijos. Las historias tradicionales, las manualidades, los juegos y los relatos orales que comparten constituyen experiencias de aprendizaje práctico y garantizan que el entorno de la educación preescolar tenga una base cultural.

El papel de las familias y de las comunidades a la hora
de apoyar el aprendizaje a través del juego también se extiende al período de primaria, a fin de garantizar la continuidad y conectividad del aprendizaje a lo largo de las distintas edades.

Puede que las familias no entiendan cuánto llegan a aprender los niños de las actividades cotidianas, incluidas la conversación y el juego. Es posible que valoren poco la instrucción basada en el juego y prefieran aquello que les resulta más familiar por sus propias experiencias de aprendizaje: recitar y copiar lo que se escribe en la pizarra. Una forma de ayudar a las familias a ver el valor del aprendizaje basado en el juego consiste en utilizar medios sencillos para ayudarlas a entender cómo aprenden los niños.

Las familias que entienden cuánto llegan a aprender sus hijos a través del juego tanto en casa como en el programa de educación preescolar pueden utilizar las actividades y rutinas cotidianas del hogar, tales como preparar la comida, lavar la ropa o ir a comprar al mercado, incluso compartir un rato de las actividades laborales de los padres con sus hijos son oportunidades de aprendizaje conciente y útil para sus hijos.

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